Para este Continuo L A T I D O Americano de performance 2020, es preciso establecer una mirada reflexiva que revise el proceso del arte acción en Colombia partiendo desde las diversas realidades que dialogan en un mismo territorio, convirtiendo el punto de partida en una amalgama que debemos analizar con cuidado, detenimiento y teniendo en cuenta nuestro contexto de más de 60 años de conflicto armado interno.

 

Nuevamente nos vemos enfrentados al recrudecimiento de la guerra en Colombia donde el descalabro social ha incrementado desmedidamente. Aunado a la crisis desatada por el covid 19, que ha agudizado la brecha social y el abandono estatal, aprovechando la cuarentena para atentar contra el estado social de derecho del pueblo, orquestando masacres y facilitando así el exterminio de líderes sociales, artistas, profesores, niños, jóvenes y todos aquellos que se atrevan a apostarle a los sueños; a una posibilidad de dignificar la vida del pueblo en general. Eliminar un cuerpo es erradicar una idea, un pensamiento y una posibilidad.

 

Consideramos que más allá de la realización de un evento artístico, cartografía o diagnóstico, es fundamental aprovechar esta instancia para articular los procesos, iniciativas e investigaciones de quienes se han dedicado a pensar las artes del cuerpo y la manera cómo vislumbran el camino de la performance en el país.

 

Una de las grandes particularidades de la performance nacional es que aparece como una respuesta espontánea en procesos locales, su desarrollo refleja un trazo discontinuo. La diversidad del territorio facilita que los procesos artísticos muchas veces no se conozcan entre sí y se desarrollen a su propio ritmo en cada región. Por esta razón priorizamos la revisión de los diferentes momentos, impulsos, aportes, investigaciones, festivales, artistas, colectivos y posibilitar una articulación entre los diferentes entes. Si bien, hay poca teoría sobre la performance nacional es necesario acudir a ella y estimular el análisis de lo que vamos construyendo.

 

Otra arista que consideramos pertinente abordar es la realidad, seguridad y garantías de vida que tenemos los artistas para desarrollar una obra o una vida dedicada al arte. Las implicaciones sociales determinan directamente las posibilidades creadoras, condicionan el discurso, los recursos, las investigaciones, el sustento y por ende el libre desarrollo como individuos; El contexto y realidad del artista de performance en Colombia es absolutamente preocupante. El presupuesto aprobado para la cultura por el gobierno es menor al 4% del presupuesto general de la nación, lo que deja al sector cultura en una incertidumbre monumental (sin contar con la contingencia a nivel mundial por la pandemia). Entonces ¿cómo se sostiene un artista, ¿cómo sostenemos los proyectos y el quehacer?

 

Como ya expusimos, Colombia está pasando por un grave momento a nivel de derechos humanos y una sistemática práctica de masacres que nos han sumergido en un dolor y en un miedo inexplicable. Las condiciones cada vez son más complejas y creemos que toda la fuerza debe sumarse a la reivindicación de la vida, el pensamiento crítico y diverso de manera reiterada, como la única salida a un conflicto que nos ha desangrado como nación. Así que teniendo en cuenta la violencia desbordada, la precarización y abandono al sector cultural, y al no poder brindar apoyo a quienes deseen sumarse no podemos contradecirnos y activar una convocatoria ante la cual no podemos retribuir económicamente. No podemos invitar a repensar las formas de intercambio entre espacios y artistas, aplicando las mismas estrategias que no reconocen un intercambio monetario.

 

Por último, la realidad mundial y el vuelco casi absoluto a lo virtual nos lleva a analizar la sobre producción de contenido que se encuentra en la red, el uso de las herramientas, la forma en que se vive el tiempo real / las transmisiones en vivo, y qué tanto se pierde de un performance al producir contenido a través y para una pantalla, todo condicionado por la posibilidad de recursos tecnológicos que brinden o soporten la calidad visual que deseamos construir vs los recursos con que contamos.

 

Más que generar una programación donde se expongan a artistas particulares, a los cuales por la cantidad, no podríamos brindarle el cuidado que se merecen, proponemos 5 charlas y una mesa de diálogo que nos ayuden a dilucidar estos temas de interés y articular a los agentes que detonan espacio para que la performance se pueda encontrar. Las charlas serán cubiertas por medio de alianzas con universidades, plataformas independientes y trueque.

​

​

Nota sobre LA CONVOCATORIA: 

 

La minga fue invitada a colaborar en la construcción  del Continuo L A T I D O americano de performance aportando una visión que recogiera el estado de la performance en Colombia.

​

Al comenzar dicha tarea, partimos de un ejercicio fundamentado en el respeto que merecen los artistas que han contribuido al desarrollo de la performance. Es por eso que decidimos iniciar realizando una cartografía nacional que nos permitirá vislumbrar los cuerpos que estuvieron y están en este momento pensándose la idea de la performance como su lenguaje artístico; y a su vez articular un lazo importante con los encuentros, festivales y academias que aportan desde su hacer investigativo un análisis importante para la escena. 

​

Sumado a esto, la situación social del país,  atravesada por la pandemia, develó los problemas estructurales de la cultura y el precario presupuesto destinado para el arte nacional, que nos dejan un paisaje más gris al enfrentarnos al recrudecimiento de la violencia. 

​

Todos estos factores nos llevan a buscar mejores condiciones para los y las artistas que desean participar de este encuentro y compartir sus proceso. Este primera versión nace sin apoyos económicos y con todo el cariño del mundo por encontrarnos, reconocernos y referenciarnos. 

​

Más allá de la construcción de la cartografía, decidimos no extender o lanzar una convocatoria pública, porqué creemos que ahora más que nunca es necesario pensar en el bienestar común y en una construcción horizontal desde nuestras realidades. Es por esto que invitamos a reflexionar sobre la situación de precarización de los artistas en Colombia, los encuentros, festivales y la construcción de espacios culturales en el país, basados en el trato digno por el trabajo del otro. Todo esto atendiendo al cuidado y con la intención de buscar recursos para una segunda versión en dónde, después de realizar una investigación o curaduría, se pueda generar un pago a los artistas vinculados, reconociendo así el tiempo de de todos los involucrados y en dónde empecemos a poner en la agenda la importancia de la dignificación del artista de performance en Colombia.